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Cuando recibes el guion de un corto y no puedes parar de leer y de reír. Y algo dentro de ti sabe que Marisa es para ti. Que quieres ser Marisa, ponerte en su piel, sentir sus heridas, sus alegrías y sus locuras. Y te pones al servicio de la historia, de la directora, de tu personaje y de tus compañeras de reparto. Y todo fluye, y cuando llegan tus primeros planos te sientes como en casa. Y te dejas llevar y te pones a jugar, en este caso doblemente.

No quiero revelar nada, ni hacer spoiler sobre este corto. Solo estoy agradecida de haber tenido un lujo de dirección, equipo y reparto. Por más proyectos tan divertidos e interesantes como este. Estoy deseando ver el resultado final y poder compartirlo en muchos festivales y salas.

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